"Entrevista con Cesar Moya"
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Entrevista otorgada por Luke Yoder, estudiante de Goshen College.
Primero, ¿me puede dar una historia breve de cómo fue formada la iglesia? ¿Qué aspectos de la iglesia la identificaban como "anabautista" en vez de culaquier religion protestante?
Durante los primeros meses en Ecuador (febrero-marzo de 2000) comenzamos a hacer relaciones con otras personas, especialmente vecinos del barrio donde vivíamos, así como otras personas de dos instituciones que trabajan en Ecuador HCJB Radio y MAP Internacional y Universidad Cristiana Latinoamericana.
Una noche invitamos a dos parejas a nuestra casa para una parrillada. La sorpresa fue que esas parejas invitaron, cada una, a otra pareja. Es decir en total llegaron cuatro parejas con sus hijos a nuestra casa para la parrillada. Al final de la carrilada nosotros hicimos una lectura bíblica y una oración, lo cual llamó la atención de los invitados y nos dijeron que deseaban seguir con otras reuniones en las casas para estudiar la Biblia y orar. Entonces acordamos hacer otras reuniones regularmente en las casas de los asistentes. A veces llegaban nuevas personas a la reunión. Después de un año de estar reuniéndonos en las casas acordamos iniciar servicios dominicales y escuela dominical para niños.
Aunque las otras personas no eran de trasfondo anabautista (algunos católicos, otros evangélicos de iglesias tradicionales, otros de iglesias evangélicas independientes y otra familia de procedencia anglicana) el estilo de convivencia que experimentábamos en las reuniones en las casas era muy anabautista: compartíamos nuestras vidas, estudiábamos la Biblia en grupo, orábamos y a veces poníamos en consideración de los demás algunos asuntos familiares o laborales para escuchar consejos, así como para ayudar económicamente a alguien en necesidad.
En los cultos comenzamos a implementar un orden, pero con la incorporación de elementos latinoamericanos como símbolos, y música con ritmos autóctonos. Así mismo comenzamos a implementar la hermenéutica comunitaria de la Biblia, lo cual era muy novedoso para todos. Para algunos fue difícil aceptar este estilo y decidieron no continuar, pero otros sí siguieron.
En Ecuador son muy comunes las iglesias evangélicas pentecostales o neopentecostales donde hay muy poco interés por un estudio serio de la Biblia y por el aspecto comunitario. Un número mínimo de las iglesias son de origen histórico, o de la Reforma, como la iglesia Luterana y la Anglicana. Además, ninguna iglesia enfatiza en la paz y la no violencia, dejando de lado la objeción de conciencia al servicio militar obligatorio y el trabajo por la justicia. Por las anteriores razones vimos importante y necesario seguir una línea anabautista, pero latinoamericana.
'¿Cuáles son algunos de los momentos claves, eventos o cambios en la historia de la iglesia que la ha formado como es ahora?
Ha habido varios momentos claves. Uno de ellos fue haber iniciado los servicios en la sede de la Federación Indígena Evangélica Ecuatoriana (FEINE). Algunas personas no querían relacionarse con indígenas y dejaron de asistir.
Otro momento clave fue cuando comenzamos a ir al basurero de Zámbiza, para dar enseñanzas a los niños y niñas hijos de recicladotes de basura. Algunas personas nos dejaron solos con el trabajo y no querían sentir los malos olores de la basura.
Otro momento clave fue cuando, a una cuadra de nuestra casa, un joven había sido asesinado por una pandilla del barrio. Entonces eso tocó mucho nuestro corazón y comenzamos a averiguar lo que pasaba. Hicimos un trabajo de diagnóstico del barrio El Inca llegando a determinar que uno de los principales problemas del barrio era la violencia entre pandillas. Entonces pensamos en lo importante que sería hacer un trabajo de educación para la paz para los niños de ese barrio. El proyecto ya lleva cinco años y consiste en talleres mensuales sobre ecuación para la paz y formación en valores cristianos.
Otro momento clave fue cuando llegó a nuestra iglesia la primera familia de refugiados procedentes de Colombia. A partir de entonces hubo experiencias directas con personas que habían sido guerrilleros o paramilitares o exmilitares y que habían sufrido mucho por causa de la guerra. Varias de estas personas experimentaron la reconciliación en sus vidas, con Dios y con otros. Algunos han podido salir a otros países (Estados Unidos, Canadá, Suecia, Brasil, Chile, Argentina, España) pero otros aún continúan en Ecuador. Este momento fue clave también porque algunas personas que eran miembros de la iglesia no pudieron asimilar el trabajo con los refugiados y se retiraron, argumentando el peligro que representaba estar en una iglesia que recibía personas que habían sido víctimas o habían participado de manera activa de la guerra en Colombia.
Todos estos momentos claves han llevado a que la iglesia menonita de Quito sea una iglesia que opte por el pobre, que sea reconciliadora, inclusiva (acepte a todos por igual) y que trabaje por la paz. .
¿Cuál es la relación de su iglesia con otras iglesias en Quito? ¿Cómo se relaciona la iglesia con la Iglesia Evangélica Menonita conectada con la Conferencia de Rosedale?
Nuestra iglesia se relaciona con otras iglesias de la ciudad, especialmente con la iglesia católica, la iglesia luterana, la iglesia anglicana y la iglesia evangélica Bíblica del Inca. Las relaciones se dan a través de los espacios de fraternidad (Luterana), de cursos donde enseñamos (Centro Misionero verbo Divino de la iglesia católica), del proyecto de educación para la paz (la iglesia Bíblica del Inca prestó por varios años su local para hacer los talleres para niños) y del proyecto para refugiados (en conjunto con la iglesia Anglicana).
Con la Evangelical Mennonite Church connected to the Rosedale Conference las relaciones son buenas, aunque la distancia geográfica no ha permitido profundizar la relación. Sin embargo, en el año 2002 se llevó a cabo en Ecuador el Congreso Andino Anabautista donde trabajamos juntos en varios aspectos organizativos.
¿Cómo compararía Ud. su iglesia a una iglesia menonita en Norte América?
Es muy difícil de comparar. Nuestra iglesia es una sóla congregación, que está creciendo, que está plantando otra iglesia en Riobamba y que más adelante, en unos años más, será una convención nacional. Nuestra iglesia está conformada por personas que decidieron libremente venir a ser menonitas, es decir somos menonitas por convicción. En cambio la Iglesia Menonita de Norte América es de mucha tradición, de muchos años, de muchas congregaciones, y conformada por miembros a los que se les ha transmitidos la fe menonita de generación en generación. Algunos son menonitas más por etnia o cultura que por convicción.
Pero, lo que si podemos resaltar es que el legado de la Iglesia menonita Norte Americana ha sido muy importante para mantenernos firmes en el propósito de ser una iglesia anabautista.
¿Hoy en día, cómo describiría la teología de la iglesia?
Yo describiría la teología de nuestra iglesia en Quito como “anabautista latinoamericana”. Es decir, hay elementos propios del anabautismo, pero también hay elementos propios de nuestra realidad y teología latinomericana. En nuestro contexto es muy difícil hablar de Cristo sin suplir las necesidades materiales de la gente. Además, las injusticias que vivimos en América Latina son tan grandes que no podemos ser simples espectadores ante esas realidades. Por eso, el trabajo por la paz acá en nuestro medio ecuatoriano va acompañado del trabajo por la justicia, buscando la transformación de las estructuras sociales y no sólo un cambio de religión en la gente. Buscando transformar individuos pero también a las sociedades llenas de corrupción, violencia, injusticia y opresión.
Además, hay unas grandes similitudes entre el anabautismo (del siglo XVI) con la teología latinoamericana. Por ejemplo, ambas surgen del trabajo con gente marginada que reclamaban por su derechos en medio de las injusticias, usan paradigmas bíblicos parecidos (Gen 12 y Ex 3), buscan la transformación del mundo y de las estructuras sociales injustas, buscan no sólo una reforma de la iglesia en el aspecto doctrinal sino de vida más coherente con el evangelio de Jesucristo, van más allá de una reforma religiosa, buscan una reforma de las estructuras sociales. Recordemos las guerras de los campesinos en el siglo XVI y los levantamientos revolucionarios en algunos países de América Latina. Pero, es importante resaltar que nuestra línea teológica es pacifista (de acción no violenta). Es decir, consideramos que frente a las violaciones de los derechos de los pueblos, que sufren las justicias del sistema, es necesario reclamar y hacer valer esos derechos, pero usando métodos no violentos. Para nosotros es muy difícil quedarnos quietos sin hacer nada frente a las injusticias.
¿Qué programas están llevando a cabo ahora?
Nuestra iglesia tiene varios proyectos, pero hay dos que sobresalen: el proyecto de educación para la paz con niños del barrio El Inca y el proyecto de atención integral a los refugiados colombianos. Este último proyecto lo llevamos a cabo en conjunto con la iglesia anglicana.
El proyecto de educación para la paz a los niños del Inca tiene cinco años. Consiste en talleres mensuales sobre educación para la paz y formación en valores. Hay varias mujeres involucradas en este proyecto que es coordinado por Patricia Urueña (mi esposa). La preparación de los talleres, que se dan durante toda la tarde de un sábado, lleva mucho trabajo previo: escogencia de tema, elaboración de las actividades, dinámicas, trabajos manuales, cantos, juegos, etc. Pero este proyecto ya tiene testimonios de los cambios que se están dando en el sector tanto en los niños, algunos de ellos adolescentes ahora, y varias familias que reconocen la importancia de haber recibido esas enseñanzas en los cinco años.
El proyecto de atención a los refugiados colombianos tiene en cuenta varios aspectos: recuperación psicológica, salud, medicinas, vivienda, apoyo pedagógico a los niños, alimentos, vestido, apoyo para pequeños proyectos productivos y consejería. El proyecto tiene una pequeña casa de refugio donde se ha albergado, en diferentes momentos, a varias familias.
En otros momentos la iglesia también ha realizado campañas de salud y ofrecido servicios médicos en barrios marginales de Quito. Esto se ha hecho en unos momentos con el movimiento Ejército de Salvación y en otros con el Hospital Voz Andes.
¿Qué cree que le pasaría a la iglesia si de repente se desvinculara con la Red Menonita de Misión (MMN), la Conferencia de Central Plains, y la Iglesia Menonita de Colombia? ¿Cómo cambiaría? ¿Continuaría la iglesia?
Sería de mucho desánimo para la gente de la iglesia. Aunque la iglesia podría continuar esa decisión la afectaría profundamente. Ha sido muy importante estar conectado con otros contextos y culturas porque enriquece la visión del evangelio y de lo que significa hacer misión. El partnership Ecuador conformado por MMN, CPC y la iglesia colombiana, ha sido un buen modelo de cómo llevar a cabo la misión con los dones y recursos que Dios ha dado a cada uno. Es trabajar juntos en una “Minga” (palabra quichua para referirse al trabajo en conjunto).
Hace un mes el partnership Ecuador se comprometió por cinco años más. Creo que si llegara a haber una decisión de terminar el partnership, debería haber un proceso que permita asimilar la decisión a todos y, en especial, a la gente de Ecuador. Al mismo tiempo sería importante no dejar frustraciones que afecten el desarrollo de la obra en los próximos años. Pero ese debe ser un proceso natural, como cuando el hijo sale de la casa y hace su propia vida, aunque mantiene los lazos con sus padres.
¿Cuáles son algunos de los retos que enfrentan como iglesia?
A nivel interno algunos de los retos son mantener juntas a personas de diferentes procedencias sociales, étnicas, raciales y culturales: colombianos, ecuatorianos, estadounidenses, indígenas, blancos, mestizos, negros, clase media, clase baja, etc.
Otro reto a nivel interno es tener autosuficiencia económica. Un gran peligro e depender económicamente del exterior. Por eso debemos comenzar a mirar hacia proyectos que nos permitan un autosostenimiento. Nuestra gente no tiene la capacidad económica de sostener una iglesia porque la mayoría son pobres y escasamente lo que ganan les alcanza para comer.
A nivel de misión, la iglesia deber crecer más en dar testimonio de paz y justicia involucrándose en actividades de reclamo de los derechos de la gente que es maltratada por el sistema y que claman por justicia. Debemos tener más presencia pública en el medio ecuatoriano dando a conocer nuestra voz por medio de comunicados que denuncien la corrupción y las injusticias del momento, pero también dando esperanza en los momentos difíciles, especialmente a quienes más sufren.
¿Cuál es su vision para el futuro de la iglesia, a corto y largo plazo?
Los siguientes aspectos de nuestra iglesia para los próximos cinco años fueron compartidos en la reunión de partnership de noviembre último:
. La creación de un instituto bíblico anabautista donde se refuerce la identidad anabautista de los líderes y miembros de la congregación. . La consecución de un local propio para la iglesia. Eso permitiría dar estabilidad en los diferentes proyectos que llevamos a cabo. . El inicio de otra congregación en el norte de la ciudad debido al crecimiento urbanístico y porque varias familias de la iglesia viven allí.